viernes, 22 de noviembre de 2019

La Digitalización no es un Fin



La digitalización no es un fin, es un medio cuyo objetivo debe de aportar a nuestro bienestar y al de nuestros clientes.

Esta declaración parece ser evidente y sin contenido sorprendente. No obstante, resulta importante reiterar el concepto puesto que del dicho al hecho encontramos brechas importantes.

¿Cuántas veces nos hemos enredado en el menú del centro de atención telefónica de una compañía grande?

¿Quién no ha sentido la frustración al momento de no encontrar en dónde picar en un sitio web para llegar a la información o al servicio que buscamos?

¿Y quién no ha lamentado cuán difícil puede ser hablar con una persona quien nos resuelve un problema? - “porque el servicio es digital, y en línea 24 horas, y cómodo, etc., etc.”

La digitalización es cuestión de doble filo. Por un lado, nos permite acceder a un mundo de información de manera ágil, nos acerca a servicios que antes requerían tiempos de traslado y esperas en filas, o nos facilita la compra de productos y servicios a los cuales no teníamos acceso.

Por otro lado, la digitalización ha provocado un distanciamiento entre la compañía y sus clientes tanto como una “reorganización” de roles la cual puede rayar el absurdo: ahora resulta que el cliente tiene que “auto-atenderse”, ejecutando actividades las cuales en un mundo normal son responsabilidad de la empresa (un ejemplo favorito:  “ingrese usted a nuestro sitio web para generar su factura” - genial, ahora tengo que perder mi tiempo buscando el sitio, el botón, capturar datos; oigan ¡yo soy el cliente!).

¿La culpa de lo antes expuesto es de la Digitalización?   Claro que no, es de los “digitalizadores”, es decir, de las empresas y personas quienes diseñan e implementan procesos de digitalización. Explorar a fondo las fallas en la implementación de la digitalización requeriría múltiples Blogs, por lo cual nos limitamos aquí a señalar lo que nos parecen causas principales de la situación:

1. No tener el cliente en la mira como centro del universo. Es difícil encontrar una empresa la cual no estaría de acuerdo con un enfoque absoluto en el cliente y sus necesidades. En la práctica, las empresas gastan mucho tiempo en su universo interno, en donde el centro no es necesariamente el cliente. En este contexto, tampoco sorprende que constantemente se lanzan servicios digitales cuyo beneficio es mayor para la empresa que para el cliente (vea el siguiente punto).

2. Digitalizar un proceso no es garantía de una mejora en el servicio al cliente. El ejemplo de la factura electrónica lo comprueba; el resultado puede ser visto de manera positiva desde adentro de la empresa (menos trabajo, papel, toner, etc.) mientras que el cliente experimenta lo opuesto (más trabajo, papel, toner, etc.).

3. La buena intención no corresponde necesariamente con un buen resultado. Aunque el servicio pudiera haber sido positivo para el cliente y la empresa, menús inentendibles, fallas en la secuencia lógica del proceso, falta de pensamiento dedicado a las potenciales fallas (¿cuáles campos son obligatorios llenar?, me deja avanzar a la siguiente pantalla aunque el RFC ingresado no tenía el formato correcto, no encuentro el menú, etc. - lo que en términos técnicos se llama el diseño de la interfaz de usuario), todos puede neutralizar o hasta revertir lo que hubiera sido potencialmente positivo. Con facilidad el resultado puede la conversión de un buen servicio, antes de digitalización, a un peor servicio, post digitalización).

4. El resultado final importa: puede que sea fácil entregar mi reembolso a través de una app. Pero si después falla el proceso el cual me debería haber informado del estatus de la reclamación, o el dictamen médico es erróneo y no encuentro en donde  solicitar aclaración, todo el beneficio inicial se perdió).

No hay vuelta atrás con la digitalización, sin duda. Los beneficios realizados han sido demasiado importantes, en mucho ámbitos y visto desde la perspectiva de la empresa tanto como de la del cliente.

Es más, justo la digitalización nos abre un camino hacia adelante. Nuevos emprendimientos, con base en servicios innovadores, hoy tienen más posibilidades que nunca para competir con las empresas más grandes del planeta. Existe un mundo de herramientas para implementar servicios excepcionales y en muchos casos son gratis. Solamente la competencia y el riesgo de perder clientes asegura que las empresas grandes se ocupan de remediar sus fallas. Entonces esta capacidad de competir, en base de la digitalización, es una contribución importante.


En conclusión, la digitalización es un elemento positivo, siempre y cuando no perdemos de vista el fin: aumentar el bienestar del cliente/usuario de lo digitalizado. Si la digitalización nos ahorró tiempo, nos facilitó acceso a un producto o servicio que requerimos, nos abarató la compra, nos hizo consumidores informados y racionales... podemos decir que la digitalización es positiva. De lo contrario, la digitalización nos daña y debemos rechazarla en su implementación equivocada. 


lunes, 11 de noviembre de 2019

El Desafío #1 del Agente de Seguros

Preguntamos a los agentes de seguros cuál es su principal desafío y la respuesta es la prospección. Aquí repasamos esta temática tan temida de la cual depende en gran medida el crecimiento de nuestro negocio. No se trata de un proceso misterioso o resistente a un análisis ordenado. Al contrario, es una actividad la cual se puede estructurar y gestionar para lograr nuestras metas.





¿Qué es la Prospección?

La venta de cualquier bien o servicio es un proceso que inicia con la prospección. El término “prospección” proviene de la minería en donde significa "la exploración del terreno para descubrir la existencia de yacimientos geológicos, petróleo, minerales, agua u otra cosa.” En los negocios,  "prospección" se define de la siguiente manera: “Estudio de las posibilidades futuras de un negocio teniendo en cuenta los datos de que se dispone.”

En términos prácticos, prospección es la búsqueda de clientes potenciales, - sean éstos personas o empresas -, quienes podrían ser compradores de nuestro producto. La definición del término es importante, habla de posibilidades futuras de un negocio. Entonces, en primera instancia, el objetivo de la prospección es alimentar el embudo de ventas con clientes potenciales.



El Embudo de Ventas y la Prospección


Aquí llegamos al famoso embudo de ventas. ¿Porqué se le dice embudo? Porque entra al proceso una cantidad de prospectos y sale del otro lado una cantidad de clientes. Lo común en las ventas es que se "pierden" prospectos en el camino y al final salen menos clientes a lo que había de prospectos al inicio del proceso de ventas. Esto nos da la forma del embudo, más ancha la entrada, menos ancha la salida.

El movimiento del prospecto a lo largo del embudo implica pasar por las etapas de:
  • Consciencia*: el prospecto se entera del producto.
  • Evaluación: el prospecto valora la propuesta en término de características, beneficios y costos.
  • Intención: el prospecto concluye que la propuesta es relevante y atractiva (le resuelve su necesidad) y se conforma una intención de compra.
  • Decisión: el prospecto compra y se convierte en cliente.



*aquí simplificamos, suponiendo que el prospecto ha identificado que tiene una necesidad. En muchos productos, y por cierto en caso de los seguros, es necesario primero plantear la problemática para lograr que el cliente reconozca su necesidad. Por ejemplo, el agente hace la pregunta al prospecto ¿has hecho cuentas para saber cuánto te va costar tu seguro médico una vez que estás jubilado? con lo cual provoca el reconocimiento de una problemática y a partir de este punto se crea en el prospecto la "Consciencia".


Regresando al tema de la prospección que alimenta nuestro embudo de ventas...

La prospección exitosa presupone la presencia de dos elementos básicos

  • Volumen - es decir, la cantidad de prospectos que se logren generar en determinado plazo.
  • Efectividad -  es equivalente a la proporción de prospectos quienes se convierten en clientes.

Tratemos primero el tema Volumen. Para atender la necesidad de contar con un número mínimo de prospectos, al novato en los seguros se le instruye crear su “lista de 100”. Los papás, tíos, primos, amigos... es un punto de partida válido pero insuficiente. Para asegurar continuidad en el crecimiento de la lista de prospectos, comúnmente se agrega a esta receta la instrucción de solicitar a cada prospecto que nos den referidos. La matemática de esta recomendación es convincente. Si logramos contactar a 10 prospectos y solicitamos a cada uno 2 referidos, ya tendríamos potencialmente 30 prospectos en total. Los 20 referidos, a su vez, podrán generar 40 referidos y ya vamos en 70 prospectos...



¿Cuántos Prospectos son los Suficiente?


¿Cuál es el número de prospectos que deberíamos tener en nuestro canal? Esto depende fundamentalmente del segundo tema, la Efectividad. Es decir, de 100 prospectos, ¿cuántos cierres de negocio voy a lograr? Si logro cerrar 30 ventas, mi efectividad es el 30%. Si mi venta en promedio es de $20,000 pesos por póliza y la meta de venta en un periodo determinado es de $600,000 pesos, necesito 100 prospectos para lograr mi meta ($600,000 pesos en ventas son 30 pólizas de a $20,000 cada una y si mi efectividad es 30%, para vender 30 pólizas requiero de 30/30% prospectos, es decir, 100 prospectos en el embudo).

Volumen y Efectividad son dos caras de la misma moneda. Si la Efectividad fuera perfecta, con solo 30 prospectos lograremos el objetivo. Si nuestra Efectividad fuera muy mala, necesitaríamos 1,000 prospectos para lograr la meta (dando un valor de 3% efectividad a nuestra definición "muy mala").

Resumiendo la relación entre Efectividad y Volumen de Prospectos: es la efectividad, en combinación con la meta de ventas, que nos permite estimar con cuántos prospectos tendremos que alimentar el embudo de ventas.



¿Qué hacer?


De esta conclusión se derivan las siguiente recomendaciones.

Hay que dar la misma importancia a la Efectividad y al Volumen de prospectos. Para maximizar nuestro crecimiento no basta con decir "tengo que aumentar el número de prospectos". Mientras que buscamos más prospectos tenemos que aumentar la Efectividad para lograr cerrar la mayor cantidad de ventas para un Volumen de prospectos determinado.

Suena fácil, en la práctica no es tan sencillo pero por los dos lados de la moneda, Volumen y Efectividad, existen estrategias mejores prácticas las cuales nos darán el resultado esperado.

Del lado del Volumen, la falla más común es no pensar más allá de la receta de prospección descrita anteriormente. Para iniciar, la prospección debe de considerar persona o empresas que no fueron referidos. Todos tenemos la creatividad para pensar en potenciales clientes quienes podría beneficiarse de nuestros productos y servicios. Requerimos de estrategias para localizar estos potenciales clientes y comunicarnos con ellos con el fin de crear "Consciencia" (existo y te puedo resolver tu necesidad). Esta reflexión se combina con un tema muy de moda, el marketing digital, lo cual es nada más que la búsqueda de, y comunicación con, clientes potenciales quienes hoy no los conocemos. En otro Blog vamos a platicar más a fondo de las estrategias para ampliar la prospección, incluyendo el uso de herramientas digitales - el tema a tratar es el Plan de Marketing.

En cuanto a la Efectividad, la falla más común es la relación inversa entre volumen de prospectos y la capacidad de gestionar el embudo de ventas. Regresando a nuestro ejemplo numérico, si requerimos 100 prospectos para cumplir la meta, esto significa contar con un proceso ordenado de seguimiento a cada uno de estas 100 personas. Cada persona tiene su historia y su necesidad, pueden estar en distintas etapas en el proceso, requieren de distintos tipos de seguimiento, en distintos momentos. Todo esto mientras que salen prospectos del embudo porque los tuvimos que descartar (no vemos posibilidades de cerrar una venta) y entran nuevos prospectos los cuales requerimos adquirir para mantener el embudo con el número de 100 prospectos.

Aumentar la Efectividad (o productividad) de un proceso, requiere "sistematización":  la combinación de un orden de pasos a seguir con herramientas para facilitar la ejecución de estos pasos. Aunque es factible llevar procesos ordenados a mano, en el mundo actual la administración de procesos se respalda con tecnología. Esto es otro tema en el cual entramos más a fondo en un Blog futuro.



En Conclusión


Como agentes de seguros debemos preocuparnos de la prospección como un tema fundamental para el crecimiento de nuestro negocio. La buena noticia es que los agentes de seguros entienden perfectamente esta prioridad. Para atender al desafío #1 del agente, debemos de abordar no solamente el Volumen de prospectos que requiere el crecimiento pero también la Efectividad de nuestro proceso de venta. Es la combinación de estos dos elementos que nos dará el resultado esperado...

Seguimos en esta temática en Blogs futuros, en donde abordaremos la estrategias de prospección para aumentar el Volumen de prospectos tanto como las estrategias y herramientas para aumentar la Efectividad.


jueves, 24 de octubre de 2019

La Ética de Ventas

Una guía concisa y práctica para la venta bien realizada.


¡El emprendimiento duradero y rentable requiere de un marco ético!

Aquí no se trata de filosofar pero sí de comentar algunas consideraciones prácticas, las cuales debemos de tomar en cuenta al momento de vender. La ética no solamente nos lleva a conducirnos de la manera correcta (y receta) pero además es lo que permite generar un negocio que perdure y sea rentable.

Vale recordar que la ética se refiere a las prácticas, o reglas de conducta consideradas generalmente beneficiosas para la sociedad; lo que conduce al bien y evita causar daños (perdonen la definición simplificada y resumida pero, como ya decía, esta no es una obra filosófica).

Hay prácticas consideradas éticas para el abogado o el médico, para mencionar dos profesiones conocidas. Un ejemplo del código de ética médica: el médico debe de emprender esfuerzos para sanar los enfermos y mantener de buena salud a los sanos.

Para los agentes de seguros, aplica la idea perfectamente. Podemos visualizar con facilidad un marco ético aplicable a la profesión, representado, en parte, en las leyes y reglamentos del sector, lo cual complementamos con los tres siguientes observaciones:


La necesidad del cliente es lo fundamental

Claro, queremos vender. Eso es nuestro trabajo. PERO, primero viene la necesidad del cliente. Si no la ponemos en primer lugar, corremos el riesgo de vender algo que el cliente no requiere o que no le va servir. Esto sería una violación de la regla que debemos de causar bien.
Suena simple y lógico pero es una parte de la ética más fácilmente vulnerada en las ventas. El conflicto entre el deseo (y la necesidad) de vender y los intereses del cliente es obvio.

Planteamos que no se debe de considerar ésto como un conflicto pero como parte esencial de la venta. Si el cliente, después de comprar, se da cuenta que no le servía el producto ¿nos volverá a comprar? Claro que no. Entonces, la preocupación por las necesidades del cliente forma parte de una estrategia de negocios que no solamente es ética, pero también rentable. Todos sabemos: mantener un cliente es infinitamente más barato que tener que buscar uno nuevo.



En el campo práctico, qué implica lo dicho hasta aquí:


  • Hay que saber preguntar y escuchar, antes de iniciar el proceso de "vender".
  • Si hemos escuchado, probablemente vamos a requerir un tiempo para investigar antes de proponer: escuchar, analizar, diagnosticar, recetar (como diría el médico).
  • Debemos tener a nuestro alcance la posibilidad de acceder a distintos productos. Es difícil pensar que un producto sea la mejor propuesta para todos los clientes. Edad, ubicación, situación financiera del cliente, su situación familiar, antecedentes personales... muchas cosas que pueden hacer que para algunos clientes el Producto A es el perfecto, pero para otros sería el Producto B o C.




Empoderar al Cliente para que tome una Decisión Razonada
¿Qué queremos decir con eso? Vaya, que el cliente tenga a su alcance la información requerida para tomar una buena decisión. Información incompleta o errónea tendrá como consecuencia una decisión deficiente o, de plano, errónea.

Se desprende de este punto la necesidad de tener conocimiento cabal de los productos que vamos a vender. Sin ello, no podremos asegurar que el cliente, a su vez, esté bien informado al momento de decidir.

Por lo tanto, la capacitación y los conocimientos se plantea como parte del marco ético de las ventas. ¡Esto forma parte del principio de no causar daño!

Por supuesto, el punto ya mencionado, en el sentido de ofrecer alternativas, es parte de esta temática también. El cliente tiene que entender sus opciones!



Estar dispuesto a No Vender

Llevando lo antes expuesto a su punto final, podríamos decir que una actitud ética en la venta se debe de basar en aceptar la posibilidad de no vender... sin que eso nos cause desánimo o nos quite energía, por supuesto.

Un "experto" en ventas nos diría: vayan con ganas, ánimo y confianza... a CERRAR LA VENTA. Si, es correcto. Agregaríamos... pero no con la idea que hay que cerrar la venta a fuerzas y a cualquier costo.

El mensaje es: en primera instancia, somos el ASESOR de nuestro cliente. Hemos explorado con cuidado sus necesidades y evaluamos opciones para encontrar las mejores soluciones. En todo momento fuimos claros y precisos en la información compartida y...

...ahora puede resultar de nuestro análisis que la mejor solución es que NO nos compre nada el cliente, porque la necesidad no lo ameritaba o porque no tenemos la mejor propuesta para resolver su necesidad.



>>> en Conclusión

Es demás decir que todo nuestro actuar está enmarcado en las leyes y reglamentos del sector de seguros y, por supuesto, éstos reflejan implícitamente una conducta ética.
Esperamos que este resumen haya servido para enfocar el concepto de la conducta ética de manera práctica.

Por supuesto, nos interesa conocer sus puntos de vista, los cuales siempre valoramos y de antemano ¡gracias! por toda contribución al tema.